En la piel de
George Smiley, espía insignia del novelista John le Carré, Gary Oldman, aquel
volcánico heredero inglés de Lon Chaney, ha encontrado una de sus apariencias
mejor adecuadas, a él mismo y a su evolución delante de las cámaras. Dirigida
por el realizador de la magistral Lat
den rätte komma in, el sueco Tomas Alfredson,
esta densa intriga en torno a un doble agente o, más bien, a un “infiltrado” --El topo es, precisamente, como se conoce al best-seller
de le Carré en Hispanoamérica-- dentro del servicio de inteligencia británico
durante la Guerra Fría, ofrece un estudio psicólogico de los dilemas éticos
(que pueden devenir en estéticos) de un hemisferio occidental desgarrado.
Además del serio Smiley, el film presenta excelentes personajes a cargo de Toby
Jones, Tom Hardy, David Dencik, Benedict Cumberbatch, Mark Strong, Colin Firth
y el legendario John Hurt, así como una sutil visión del aparato de
investigación compuesto por archivos y máquinas de mensajes codificados,
inmersos en edificios, casas y oficinas cinemáticos a la vez que extrañamente
cotidianos, un mundo de sospechosas sombras diurnas y noches interminables con
la muerte --la de verdad-- en los talones.
viernes, 22 de junio de 2012
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