La adorable Zoe Kazan,
insistiendo en su faceta más superficialmente atractiva pero en serio peligro
de ser estereotipada para siempre, y Daniel “Harry Potter” Radcliffe
interpretan (con talento indiscutible pese a todo) a dos jovenzuelos con muchas
dudas acerca de su amistad, una relación manida de ésas en las que las chispas
saltan inmediata y casi imperceptiblemente, y el destino hace el resto… aunque
se tome su tiempo. (Por supuesto, no hay en la materia misma de What If nada de
la magia o de lo extraordinario del amor a primera vista, tal cual se puede
observar en, por ejemplo, el encuentro fatal entre Jude Law y la Natalie
Portman veterana en las lides lolitescas de Closer, realizada por Mike Nichols,
el director de The Graduate, fallecido el año pasado.) La irregular cinta,
finalmente leve como la mariposa animada que representa a Kazan (una actriz aquí
todavía algo confundida: mitad reticente heredera de su imprescindible abuelo,
mitad aplicada alumna en la escuela Deschanel), posee cierto huidizo, frágil encanto
--aparte de su héroe un punto a lo Ben Braddock y una lindísima émula posmoderna
de la princesa Buttercup, el guión abusa de la escatología aunque tiene
instantes ingeniosos, la puesta en escena es convencional pero de apariencia lujosa para un título “independiente”,
el soundtrack limitado y a veces agradable en sumo grado-- que, lamentablemente,
se extravía más temprano que tarde entre los lugares tópicos de la comedia
romántica. 3/5
lunes, 13 de abril de 2015
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