Lestat de Lioncourt, el monstruo por antonomasia de la novelista Anne Rice, es una exquisita combinación de sibaritismo aristocrático y fatal esteticismo, una criatura portentosa que mata casi por placer y que no necesita de otra cosa para ser inmortal. En la pantalla grande, el carismático villano fue interpretado por un Tom Cruise que entonces sorprendió incluso y especialmente a la propia autora. Ambiguo y diabólico, realista e histriónico, su Lestat es digno de elogio.
Por lo demás, la película adapta con modestia a veces incongruente el texto original, y transforma el proustiano romanticismo de Rice en una serie incesante de eventos sin demasiada trastienda. Cuando hablo de incongruencia me refiero a escenas como la del Théâtre des Vampires, que en una producción hollywoodiense de este nivel debía haber alcanzado toda su potencial espectacularidad. Sin embargo, por sí sola Interview with the Vampire funciona cabalmente dentro de las convenciones del género, distinguiéndose por su ironía y la frescura de su perspectiva.
Por lo demás, la película adapta con modestia a veces incongruente el texto original, y transforma el proustiano romanticismo de Rice en una serie incesante de eventos sin demasiada trastienda. Cuando hablo de incongruencia me refiero a escenas como la del Théâtre des Vampires, que en una producción hollywoodiense de este nivel debía haber alcanzado toda su potencial espectacularidad. Sin embargo, por sí sola Interview with the Vampire funciona cabalmente dentro de las convenciones del género, distinguiéndose por su ironía y la frescura de su perspectiva.
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