Bavaria, Alemania - 1957 - Kubrick en el set
"Senderos de gloria" sería la traducción correcta del título original, pero "La patrulla infernal" se despoja a capricho de la cruel ironía y nos señala sin disimulo la realidad que muestra el film --esa explicativa tradición titular del cine clásico exhibido en América Latina que no pierde su "encanto" nostálgico (la más fiel Ambiciones que matan y la declaradamente exagerada Desirée, la amante de Napoleón son otras frases domésticas que regresan a mi mente), aun en el duro ejemplo que nos ocupa. Paths of Glory constituye probablemente el alegato más perdurable contra la institución del ejército y sus intrigas fatales jamás realizado. Kirk Douglas, prefigurando el papel de Pacino en Serpico (1973), representa a la Justicia en el mundo, y la impotencia y el fracaso son su signo inalterable, su inconmovible sino. Resulta siempre un drama poderoso y asombrosamente indignante, y al cabo deja la convicción de que acaso sea la obra mayor de su autor --tal es su crudo impacto emocional. George Macready como el General Mireau pertenece a la Antología del Mal en el cinematógrafo.
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