Después
de un auspicioso debut directorial con la interesante pero modesta I Shot Jesse
James (1949), el escritor Samuel Fuller realizó uno de sus primeros grandes films en este
sobresaliente relato de otro grupo de soldados americanos en Corea --ya escenario de The Steel Helmet (estrenada a inicios del mismo año). Para asegurar
la supervivencia de un batallón, su retaguardia se quedará a intentar engañar
mortalmente al enemigo, y, de paso, sobrevivir. El realismo brutal y
clarividente de la puesta en escena no es casual, por supuesto: Sam Fuller
sirvió en la II Guerra Mundial, una experiencia que aprovecharía magistralmente
a lo largo de su carrera. Richard Basehart --il matto de La strada--, en excelente actuación, es el oficial
renuente, víctima de un bloqueo psicológico que le impide cumplir con su deber,
hasta que las circunstancias lo obligan a enfrentarse a sí mismo --resultando
escenas de un suspense capaz de trastornar el ritmo cardíaco, tales como la del
rescate en el campo minado. Por si fuera poco,
Fixed Bayonets! presentó a Jimmy Dean en el cine; su fugaz personaje aparece en
las filas cuya retirada han garantizado las patrullas también integradas por
Gene Evans y Skip Homeier, entre otros nombres de un título bélico que el lector
aficionado no puede dejar pasar.
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