Esta entretenidísima superproducción, dirigida por Martin Ritt y basada en narraciones de William Faulkner, exhibe el esplendor del CinemaScope y el afecto del Hollywood de los 50s por el sensacional Sur americano; el score de Alex North (compositor de Un tranvía llamado Deseo) y eso definitivamente brandiano en Paul Newman, nos remiten a Tennessee Williams en lugar de Faulkner, por supuesto. Newman brilla de todas las maneras posibles en su rol, liderando un reparto que incluye a un particularmente imponente Orson Welles como el magnate que lo acoge como a su propio hijo, y a Anthony Franciosa como éste, además de la gran Joanne Woodward, la sensual Lee Remick y la "reportera del crimen" Angela Lansbury.
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