Después de trabajar a las órdenes del maestro Elia Kazan, James Dean inmediatamente reanudó su camino hacia la leyenda cuando, más que ser dirigido por, se involucró en una colaboración sin precedentes con el realizador de Johnny Guitar, Nicholas Ray. El resultado fue esta cinta mítica, mil veces mal copiada y otras tantas sabiamente citada desde el día de su estreno en octubre de 1955.
Ésta fue para Dean la oportunidad de exorcizar de una buena vez --como lo indicaría su más relajada interpretación en Giant (1956)-- el demonio de Brando: su Jim Stark es un niño de clase media alta igual de indulgente consigo mismo como el aparentemente monolítico obrero Stanley Kowalski. El "antagonista" de Dean en Rebel, el trágico Buzz interpretado por el subestimado Corey Allen, completa la representación gráfica de este conflicto: Buzz es un trasunto más o menos maquillado de otras niñerías del propio Brando, esta vez del rebelde Johnny, the Wild One.
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