El
americanísimo deporte extremo llamado skateboarding tiene en esta verdadera cinta
de culto, realizada por toda una conocedora del teenage wasteland como es
Catherine Hardwicke, la épica propiamente hiperkinética de su génesis. En las
playas californianas de 1975, un pequeño grupo de muchachos, provenientes de
familias disfuncionales o rotas, forjará de manera casi inconsciente un estilo revolucionario que hará de furtivas piscinas vacías y
nocturnas apuestas suicidas a la luz de semáforos suburbanos su laboratorio privilegiado.
Aquellos pioneros fueron Jay Adams, Stacy Peralta y Tony Alva, quienes, auspiciados por el "idealista" Skip Engblom (Heath Ledger en otra de sus brillantes actuaciones), se
convertirían en leyenda. Energía a raudales, hazañas atléticas, el fiel retrato de una época y de una
subcultura, además de interpretaciones notables del reparto (aparte de Ledger,
hay que mencionar a un singularmente intenso Emile Hirsch como Jay, y a Michael Angarano),
música precisa, edición excelente y trabajo de cámara fenomenal (ambos
provistos por los colaboradores habituales de Hardwicke, Nancy Richardson y Elliot Davis),
delinean un clásico obligatorio para los entusiastas de la patineta y un título
recomendado para los amantes del buen cine.
_03.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario