Inicialmente
novelada por el autor de Exodus, esta intriga internacional en el pico de la Guerra
Fría tenía casi todos los ingredientes para devolver a un decadente Mago del
Suspense a su forma ideal; sin embargo, resultó su mayor
fracaso a la fecha. En realidad, se trata de una producción malograda por la
indecisión (Hitchcock filmó hasta tres finales, ninguno de los cuales fue
satisfactorio) y la reacomodación de un estilo profundamente individual, que
encontró la gloria en la edad de oro de los grandes estudios, a los nuevos
vientos industriales y las nuevas olas artísticas. Una buena película, que,
contrastada con lo mejor de una de las más grandes carreras del cine, ha sido
injustamente vapuleada y obsequiada con una reputación por debajo de su
auténtica calidad; es al menos tan buena como su predecesora Torn Curtain (1966), si no
mejor.
jueves, 9 de agosto de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario